(Carolina Lapausa)
Una vez oí decir a Declan Donellan que si subiéramos al escenario las reacciones de la gente que veíamos en las fotografías durante el 11S resultarían inverosímiles. Y es que la vida no es como el teatro ni el cine. Eso algo que, criada al amparo de la ficción, me aterraba de adolescente. Por eso, entre otras cosas, decidí ser actriz. Porque me sentía más plena hablando con las palabras de otros. O como decía Judy Garland en Ha nacido una estrella: “soy más yo cuando estoy encima de un escenario.”
Y es que quién teme abrirse en canal si eres Julieta y sabes que Romeo está coladito por tus huesos, o quién teme entregarse a la rebeldía de Adela si sabes que te vas a morir, pero de mentirijillas, o ser mala malísima como Lady Macbeth si sabes que, en verdad, no le estás haciendo daño a nadie.
En cambio, sería agotador vivir 24h con la intensidad emocional de una escena, o un poco manipulador dibujar constantes estrategias en las relaciones con los otros, o un poco cursi tener que buscar siempre las palabras más elaboradas, ¿no?
La interpretación me enseñó a conocerme por dentro, mis emociones, mi profundidad… Sin embargo, la vida me está enseñando a ser, a sentirme vulnerable, a estar presente sin necesidad de añadir extras.
De estos dos viajes en continuidad surge una necesidad. Un puente para transitar de la escena a la vida y de la vida a la escena. Una caja de herramientas de la que tirar cuando necesito sentirme plena en la vida y cuando necesito estar presente en la escena.
Gracias @efe_noticias y al @eldiarioes por darnos un espacio donde contarlo 😉
(Carolina Lapausa)
Una vez oí decir a Declan Donellan que si subiéramos al escenario las reacciones de la gente que veíamos en las fotografías durante el 11S resultarían inverosímiles. Y es que la vida no es como el teatro ni el cine. Eso algo que, criada al amparo de la ficción, me aterraba de adolescente. Por eso, entre otras cosas, decidí ser actriz. Porque me sentía más plena hablando con las palabras de otros. O como decía Judy Garland en Ha nacido una estrella: “soy más yo cuando estoy encima de un escenario.”
Y es que quién teme abrirse en canal si eres Julieta y sabes que Romeo está coladito por tus huesos, o quién teme entregarse a la rebeldía de Adela si sabes que te vas a morir, pero de mentirijillas, o ser mala malísima como Lady Macbeth si sabes que, en verdad, no le estás haciendo daño a nadie.
En cambio, sería agotador vivir 24h con la intensidad emocional de una escena, o un poco manipulador dibujar constantes estrategias en las relaciones con los otros, o un poco cursi tener que buscar siempre las palabras más elaboradas, ¿no?
La interpretación me enseñó a conocerme por dentro, mis emociones, mi profundidad… Sin embargo, la vida me está enseñando a ser, a sentirme vulnerable, a estar presente sin necesidad de añadir extras.
De estos dos viajes en continuidad surge @teatroparalavida. Un puente para transitar de la escena a la vida y de la vida a la escena. Una caja de herramientas de la que tirar cuando necesito sentirme plena en la vida y cuando necesito estar presente en la escena.
Gracias @efe_noticias y al @eldiarioes por darnos un espacio donde contarlo 😉
(Chus Algaba)
Acompañar a las personas en su autoconocimiento y ayudarles a vivir conforme a lo que son, lo que necesitan y sienten en cada momento, es mi gran pasión. Por eso los últimos años me he formado en Psicoterapia con orientación Gestalt, disciplina que me ha hecho crecer como persona y con la que ahora me pongo al servicio del otro. Al mismo tiempo que no ceso en mi propia búsqueda: “un terapeuta sólo curará aquello que haya sido capaz de contemplar en su interior”. (Guillermo de Borja)
En mi opinión, el teatro y la vida son dos caras de una misma moneda. Por eso cuando Carolina me propuso este proyecto, lo vi claro. Le estoy muy agradecida a la vez que la admiro profundamente en su trabajo con nuestros alumnos. Rápida e intuitiva no parará hasta hacer saltar los resortes del confort de cualquier persona que pase por sus manos.
Para los que no somos actores probar a ser otros nos pone en juego, nos saca de lo de siempre. Atravesar la vergüenza es un primer paso para después ponerle luz a las partes de nosotros mismos que aún no hemos visto.
Para los que ya sois actores, pasa lo contrario, no siempre encontráis en la vida la misma conexión, la misma plenitud que en el escenario. Es éste un buen lugar para la investigación y la observación de la persona que uno es, más allá de la profesión.
La vida es una lucha entre el ser de cada uno y los personajes que nos habitan.
La experiencia como siempre ha sido mágica. He conseguido volver a mí otra vez gracias al increíble trabajo que hacen Chus y Carol. También te ayudan a conectar con las personas y aprender tanto de ellas como de ti mismo. Muchas gracias por todo y sin dudarlo un segundo volvería a repetir.